27.-Recuento del 2012
Fin de año, momento para el recuento de los momentos
memorables del año que se acaba, momento para recordar los grandes
acontecimientos de este 2012.
Trato de enumerarlos y no me sale ningún grandísimo momento
a tener en cuenta, este año 2012 ha sido un año sencillo y chiquitín, que ha
pasado de puntillas por mi vida, sin grandes festejos y pompa, ha sido un año
simplemente tranquilo y lleno de días de rutina y normalidad. Y gracias a ello ahora
en este momento de recuento puedo fijarme en las cosas sutiles y valiosas, las
cosas chiquititas que me llenan el corazón de alegría y me empujan a vivir.
Este año ha sido un año en el que he podido disfrutar y ser
muy feliz con los míos, mis niños, mi marido, mis padres, mi hermano, cuñaos, suegros, primos
y amigos. Este año he tenido la gran suerte se sentirles cerca y de compartir
con ellos las cosas pequeñas y bonitas de la vida.
Este año 2012 he visto crecer a mis chiquitines, he visto a
mi niña convertirse en una señorita, la he visto madurar a una velocidad que me mareaba, cada día me ha
regalado momentos llenos de salero e inventiva, me ha sorprendido con sus giros y expresiones
llenas de desparpajo y destreza. Y todos
los días de este año no he dejado de alucinarme con su risa abierta y sincera. La
he visto cada día más coqueta y presumida, todos los días he sufrido horas de elección de los modelitos a ponerse. Mi niiña que se me hace una mujercita con casi sus ocho añitos.
También este año he
visto a mí brutote entrar un poco más en
la edad esa del pavo. Mi niño fantasioso y algo mentirosillo, cabezón y
achuchable, tierno, cariñoso y rudo, se
va haciendo un hombrecillo y guerrea por tener identidad propia e imponerse
como un mayor que desea ser. Quiere llamar, la atención hacerse un hueco y no sabe cómo. Mi niño chiquitín que me quiere crecer y yo
me resisto…
Un año en el que he compartido momentos maravillosos con mi
marido, donde he amado con y a él, Y donde hemos recuperado un poco de la
pareja original que con la vorágime que
son los niños nos habíamos dejado aparcada en el camino. Este año he recordado
muchas más veces porque le quiero y porque me casé con él. Este año hemos
vuelto a compartir las pequeñas cosas que nos encantan y que nos hacen
sentirnos unidos y felices de estar juntos en esta aventura que es nuestra
familia. Este año me he sentido protegida, consolada, comprendida y amada. ¿Qué
más se puede pedir?
Un año en el que he
podido sentir el cariño inmenso de mis padres y hermano. He podido comprobar
una vez más el sentido de humor tan estupendo de mi padre, el regalo que me
hace cada vez que estamos juntos y hablamos sin parar, en conversaciones
rápidas y fluidas, donde nos comprendemos y yo aprendo y comparto su modo de
ver las cosas, donde todo lo demás desaparece mientras hablamos de nuestras cosas durante horas y si vamos conduciendo podemos acabar en
valencia, lo menos. Menudo par de despistados...
Un año en el que una vez más mi madre con su generosidad
inmensa me ha cuidado con mimo y me ha
ayudado en el día a día, con las tareas rutinarias, preocupándose por mi
bienestar y haciéndome más fácil la vida de carreras que llevo, encargándose de
las cosas que no se ven, pero que son cruciales y completamente necesarias.
Un año donde he descubierto que es muy cómodo y a mano tener una estupenda relación digital a través
del whatsapp con mi hermano, mi hermano que siempre será un chiquitín con rizos aunque ronde los treinta y muchos y sea un tiarrón. Este año hemos descubierto que nos une más una nueva relacción gatuna...
Este año en el que he recuperado amigos de siempre, amigos
que dejé aparcados en algún lugar de mi alocada carrera, y con los que he
podido reencontrarme. Este año he recuperado la alegría de volver a
relacionarme, de salir, de pasarlo bien teiendo vida social, y hablando de cosas distintas de niños y colegios.
Y los amigos que me acompañan, los que siempre andan allí aguantándome
y ayudándome cuando me hace falta, mis compañeros del camino. Gracias por estar
siempre a mi lado. Gracias por compartir conmigo vuestra vida y querer formar parte de la mia. Esto es muy importante para mí.
También este año he tenido tiempo para el trabajo, para sufrirlo
y disfrutarlo, para sentirme una buena profesional y también darme cuenta que parece que nunca es suficiente, pero que es importante decir "hasta aquí". Que esta vida de gran
competencia es muy exigente y las cosas nunca son fáciles, por lo menos a mi
nunca me sale nada a la primera, y que
el trabajo no se hace por placer sino para ganarse el pan de cada día, pero que
ya que se hace, pues se hace lo mejor que se puede, pero hay que tener claras las prioridades.
Pero lo bueno de esta año es que tuve trabajo y gracias a él pude pagar la hipoteca cada mes y esto hoy en día es ser muy afortunado. El trabajo lo compartí con mis compañeros, y sin ellos no hubiera sido igual de bueno a pesar de las crisis y los momentos críticos. Ellos estaban allí animándome y sacándome las castañas del fuego en muchasocasiones.
Pero lo bueno de esta año es que tuve trabajo y gracias a él pude pagar la hipoteca cada mes y esto hoy en día es ser muy afortunado. El trabajo lo compartí con mis compañeros, y sin ellos no hubiera sido igual de bueno a pesar de las crisis y los momentos críticos. Ellos estaban allí animándome y sacándome las castañas del fuego en muchasocasiones.
También en este año 2012 logré encontrar tiempo para mí
misma, para recuperarme, para encontrarme, para volver a sentirme entera,
porque hasta ahora me había tenido muy avandonada, había olvidado mis gustos y
había perdido los momentos de paz en soledad que tanto me gustaban. Este año
encontré tiempo para leer, me apunté a zumba, volví a pintar y sobre todo descubrí
el placer de escribir y compartir con vosotros.
Tras este recuento del 2012 y a pesar de la crisis ha sido un
buen año, y sólo le pido al 2013 que sea
como el año que se va. Un año sin sorpresas, ni grandes acontecimientos, un año
sencillo y pequeñito que me permita de nuevo disfrutar de los míos otros 365
días y apreciar estas pequeñas cosas que me gustan tanto y me empujan a
luchar para seguir adelante
Ayer estábamos sólo mis padres, mi marido, hermano, mis niños y yo para celebrar la noche vieja. Pensé tristemente que éramos muy pocos y envidié las grandes reuniones familiares, con muchos tíos, primos y ammigos.
ResponderEliminarPero cuando tomamos las uvas y nos abrazamos me dí cuenta que era una persona muy afortunada porque estaba pasando al 2013 junto a las personas que más quiero en este mundo.