38.- Habemus Papam
Habemus Papam Una hora estuvimos la niña y yo pegadas a la tele esperando a que se dijera al mundo quien era el nuevo Papa. Sobre las ocho nos comunicaron que era Francisco I, lo que me hizo muchísima ilusión, porque el nuevo Papa se había puesto el nombre de mi abuelo. Aunque a mi abuelo le hubiera dado un poco lo mismo porque nunca me pareció muy religioso. Es curioso que me interesará el tema tanto, porque no soy muy religiosa, perdí la fe en la Iglesia Católica hace tiempo, aunque mantengo una fe con estilo propio, que es una mezcla formada por un poquito de lo que más me gusta de cada religión, otro poquito de invención propia, mucho de intentar ser buena persona y también algo de no perder la esperanza de que al final todo este tortuoso camino tendrá un sentido. Como cualquier hijo de vecino no soporto la idea de simplemente desaparecer algún día, así que como todos los demás me agarro a un clavo ardiendo y espero que exista algo después. Eso sí, ese después no