Ay, esto pinta mal.
Ay, esto pinta mal. Siete menos cuarto de la mañana, y el puñetero despertador suena. Hoy no me he autoengañado, aunque pone las siete y cuarto, se perfectamente que son aún las seis. Que mierda, comenzamos mal el día. Ya me levanto pensando que soy una pobrecina que le toca madrugar mientras mi querida familia… ¡ronca a pata suelta! Joee, no hay leche, así que me tomo un café con nata, bueno en realidad yo pensaba que era nata pero es una cosa rara y abominable que pone preparado vegetal para guisar.¡Vegetal! ¿Qué leche será esto? Agggggg, no lo hagáis, está asqueroso, pero me lo trago mezclado con agua y mucha azúcar, me recuerdan las mezclas que hacen mis hijos en cuanto me despisto juntando gel de ducha con colacao y mayonesa, pero estoy tan desesperada por meterme mi dosis de café matutina para ser persona que soy capaz de ingerir cualquier cosa horrorosa. Salgo de casa, con el portátil, el bolso, la tartera, una bolsa de ropa para donar y la basura; una bolsa para