78.-Esos momentos...
La claridad se filtra por mis ojos cerrados mientras me acarician la cara con mimo, mis oídos no oyen ruido ninguno, solo un susurro agradablemente burbujeante, me invade un olor intenso marino, mi cuerpo ingrávido lo tengo expandido, fresquito y relajado, me siento mecida despacito por una fuerza invisible con cariño y delicadeza. Con tanto gustito, este cerebro mío va olvidando poco a poco todas sus preocupaciones, estoy realmente en la gloria. Abro los ojos y veo un cielo azul intenso, con alguna nube blanca brillante, y en los bordes inferiores de mis ojos que se niegan a abandonar el azul percibo lo que parece vegetación verde y arena brillante. Sin duda estoy en el paraíso, pienso, mientras estiro aún más mis brazos y abro mis dedos para sentir nuevamente la levedad de mi ser meciéndose sobre un ente brillante. Este sutil movimiento provoca que una cadena de burbujas exploten en mi espalda. Ummmm, que maravilla... En un estado semi-inconsciente decido que este es el modo