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Mostrando entradas de enero, 2013

32.- Me duele todo

Eso de querer ser cuarentañero es muy, pero que muy cansado. Porque aunque mi mente es cuarentañera mi cuerpo es un cuarentón. Es una pena, pero me temo que es la pura verdad. Lo he dejado tan de lado que el pobre se me ha oxidado y envejecido. Espero que aun haya remedio, pero de verdad estoy preocupada porque le veo algoecho polvo. Esta semana, en un esfuerzo de ser activos y aprovechar la vida, sentirnos jóvenes y no dejarnos influir por los años, nos hemos animado a ir a los premios de los Cuarenta Principales. Un sarao lleno de niñas histéricas, que caían como moscas de la emoción, locas por ver a ese nuevo grupo de moda, que llevan los pelos peinados para abajo y cantan así como un poco en falsete. También había muchos en plan guapo y moderno con camisas y vestidos de brillos, estilos modernos,   y chorradas molonas varias. Nada parecido a mi look,   que de nuevo iba en plan leñador. No sé cómo me las apaño que en los últimos conciertos a los que voy, donde todo el mudo va g

31.-Tengo un frio horrible

Tengo un frio horrible, los pies congelados, no siento la barbilla, el viento de Enero me atraviesa el abrigo y llega hasta mis pobres huesos que se encogen en un intento de protegerse, pero sobre todo tengo frio en el corazón. Estoy en el entierro del padre de un amigo, en realidad   ni le conocía, pero me es tan fácil conectar con mi amigo, sentir en mi propio ser su tristeza, pensar que ese que está ahí tan quieto podría ser mi propio padre...  En realidad me resisto y lucho para que no se me cuele ni una chispa de este pensamiento en la mente, intento eliminarlo con todas mis fuerzas, porque no puedo con ello.   ¡Que duro perder a alguno de tus seres queridos! A alguno de los que te acompañan y te moldean tal y como eres… Me siento tan triste, tan pequeñita, tan insignificante ahí   en el viento de Enero, entre toda esa gente que tienen el alma como yo; asustada por la muerte.  En este momento  interiorizo perfectamente esa frase de “no somos nadie” que se dicen mis mayores en

30.-¿Qué pasa cuando metes una friedora en un horno a 210 grados?

¿Qué pasa cuando metes una freidora en el horno a 210 grados? Pues que se funde. Esto me pasó la noche del sábado; teníamos amigos en casa y yo estaba encantada, me gusta mucho tener gente en casa, el lio las risas, los niños por aquí, padres por allá, unos cubatitas, una partida al cluedo, todo a las mil maravillas. Pero una vez más mi manía por recoger me pudo, tenia que colocar un poco las cosas en la cocina, con tan mala pata de que guardé la freidora en su sitio natural, el horno. El problema es que acababa de sacar las pizzas y el horno estaba a 210 grados. Me fui a por vasos al salón y cuando volvi, aquello echaba un humo horrible que apestaba.     En fin,   que ya había hecho otra de las mías. Qué le vamos a hacer... yo soy así, es mi particularidad. Con toda naturalidad cerré el horno, abrí la ventana   y fui a compartir mi experiencia con mis invitados. Seguro que les fue muy interesante; Apuesto a que ninguno antes había visto una freidora fundida. Muy bueno el experiment

29.-Por fin he acabado con la Navidad

Ya no he podido aguantar más y esta mañana, nada más despertarme, he acabado con la Navidad. La he borrado de mi casa. Hemos recogido las dichosas bolas, todo el espumillón, las luces, los christmas, el muérdago, los papas Noeles, los adornos de las ventanas, el árbol, el belén. Todo embalado en dos cajas y arreando para el trastero. Qué curioso...  mi Navidad cabe en apenas dos cajas. Todo el explendor Navideño guardado en dos cajitas de nada que van a guardar polvo durante un año entero.   Luego he tirado todos los dulces restantes a la basura y he hecho un barrido a fondo por el salón para eliminar todo rastro y listo. ¡Por fin! ¡Oficialmente se acabó la Navidad! Por Dios, ¡Qué empacho de Navidad! ¡No puedo más! Y no sólo por las comidas descomunales, dulces, bebidas y demás…   ¡Que empalago de buenas intenciones y sentimientos! Que empacho de gente queriendo ser buena y sensible. De milagros navideños e historias con final feliz. Que hartura de tanto amor, compasión, toleranci

28.-Noche de Reyes

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Noche de Reyes y los niños no se duermen... y a los padres nos toca empapelar los regalos y prepararlo todo para la extraordinaria ocasión. Hemos ido a ver la cabalgata de Villaviciosa.   Allí se ha creado una costumbre en las cabalgatas que les encanta a niños y padres. ¡Guerra de nieve y serpentinas de bote! . Pero eso sí,las mamas tenemos que ir mentalizadas de que vamos a tener que lavar todos los abrigos y pelos de toda la familia, porque terminamos hechos un asco y pringosos de la guarrería de nieve artificial. Además está la posibilidad de acabar comiendo de esa asquerosa espuma. Bueno, en realidad los que comen espuma son los pobres policías que acompañan a los Reyes Magos, que los riegan completamente. El del coche vale, porque va con el limpiaparabrisas y los cristales subidos, pero el pobre de la moto, a ese no paraban de echarle espuma en la cara. Había un par de niños y sobre todo un padre, que   vamos, como diria mi querído esposo, "qué torta tenía".  Por