72.-¡ Qué viene Legolas!
-¡MAMAAAA!¡MAMAAAA! - me grita mi hijo en cuanto entra a casa. Ha estado callejeando, lo que a mí me encanta, porque a diferencia de su madre que no entraba a casa de chica, este niño hay que literalmente arrastrarle hasta la calle y cerrarle la puerta en las narices para conseguir que se separe de las dichosas consolitas. Y cada vez me cuesta más porque pesa sus cincuenta kilitos y mide uno sesenta con sus once años. -¡Te he dicho mil veces que NOOO ME GRITES!- Le digo gritando como una descerebrada. -Pero mama, mis amigos dicen que hay una enfermera con Ébola en el hospital de enfrente. -¿Qué dices? No puede ser...- Le contesto asustada. Corro a la cocina, pongo la radio y sí que es. Por lo visto una enfermera que atendió a los misioneros tiene el ébola y está en el hospital que hay enfrente de mi casa. El hospital donde estuvo mi hija hace dos días... ¿porque no me enteré cuando me llamaron al móvil para recogerla y se la tuvieron que llevar a la consulta?. ¡Mierda!. N