Responsabilizate e Implicate de una vez, luego será tarde...
Me he quedado muy pillada con el
vídeo del oso polar que famélico buscaba desesperado alimento porque mi
conciencia me grita que yo también soy responsable de lo que está ocurriendo
con mi mundo, con el planeta donde crío a mis hijos y donde no estoy segura si
mis nietos podrán vivir.
Hasta hace poco podíamos no
creerlo, alegrar que eso del “cambio climático” era un invento de los verdes,
los anti-sistema, de los agoreros y pesimista. Pero no, ahora es una evidencia
con la que nos golpeamos cada vez que miramos nuestro facebook o simplemente
salimos de viaje fuera de nuestra ciudad. No hay que ser muy observador para
apreciar que donde antes teníamos verde ahora hay desiertos; donde vayas, donde
mires, lo ves: pantanos casi vacíos, tierras secas, bosques perdidos y mares
(el menor) destruidos.
Aunque me cueste reconocerlo y
prefiera echar la culpa a los gobiernos y las administraciones, a las grandes y
avariciosas empresas, al dinero, yo también soy responsable. Yo también cojo mi
coche diésel en lugar del autobús para desplazarme. Yo también contrato eléctricas
con ofertas que no usan energías alternativas. Yo también pongo la calefacción a
tope para andar por casa en manga corta. Yo también compro y tiro sin pensar en
los montones de basura que género. Yo
también vivo pensando solo en mi misma y olvidando las consecuencias de mi
comodidad. Me olvido de que mi modo de vida está provocando el efecto invernadero, la contaminación atmosférica,
el problema del ozono, el despilfarro de los recursos, la lluvia ácida, el
exceso de basura y el desmedido consumo de agua y energía.
Pero, si ellos, los que nos
gobiernan, no toman medidas, ¿por qué
conformarnos y solo lamentarnos? ¿Por qué pensar que como solo puedo hacer muy poco pues no
hago nada? Un poco de muchos en una barbaridad. Nosotros, los ciudadanos
tenemos mucho poder porque somos los consumidores de una sociedad donde prima
el negocio y la pasta, contratando solo
empresas comprometidas con el medio ambiente.
También podemos colaborar individualmente
comprometiéndonos con hábitos más cuidadosos con nuestro planeta: reciclar,
controlar nuestro consumo de agua y luz, andar más usando menos el coche, plantar algún árbol, no ensuciar, ni tirar
basuras al suelo nada, reciclar el aceite de la cocina y del coche (un litro de
aceite puede contaminar 1.000 litros de agua), llevar tus electrodomésticos viejos a un punto
limpio. Tenemos que pensar qué cosas de nuestra vida debemos cambiar para
conseguir parar esto que ya está ocurriendo con nuestro planeta porque tú
también eres responsable y tú también puedes y debes hacer algo.
Así que vamos a plantearnos de
corazón qué podemos hacer cada uno. Es
el momento de implicarse. ¡¡Reacciona!!
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